Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://gregoryoulg098877.p2blogs.com/37071982/la-explicación-oficial-del-cabezazo-de-zidane